lunes, 22 de junio de 2009

La realidad supera la ficcion, en Venezuela puedes contratar asesinos y pagarle con refacciones o vehiculos


Fuentes policiales afirman que mandar a matar a alguien puede costar apenas 1.000 de bolívares fuertes. Los asesinos por encargo también aceptan drogas o repuestos de vehículos en contraprestación.

En menos de 15 días, han ocurrido en Caracas tres hechos violentos cuyo móvil parece ser el sicariato: sujetos armados interceptan a sus víctimas, residenciadas en sectores populares, cuando se desplazan a bordo de sus vehículos y sin mediar palabra les disparan a matar. No se llevan los vehículos ni las pertenencias, simplemente matan y huyen del sitio. Incluso, en uno de los casos, hasta recogieron las conchas de los proyectiles.

El primero de esos hechos violentos ocurrió el domingo 7 de junio en la noche, en la autopista Francisco Fajardo a la altura de Bello Monte. Una pareja fue tiroteada mientras se trasladaba en un Fiat Palio, color rojo. Vanesa Sánchez, que iba al volante, recibió 18 disparos; mientras que Raúl Barazarte, sentado en el puesto del copiloto, fue impactado por cuatro proyectiles. El hombre llevaba en los brazos a la hija de ambos, una bebé de seis meses que recibió siete tiros. La niña fue la única sobreviviente y permanece recluida en el Hospital Clínico Universitario.

Cinco días después, Tony González, de 28 años de edad, y su suegra, Migdalia Segura de Rivero, de 57 años de edad, fueron asesinados mientras transitaban por la Avenida Circunvalación de Catia en un Toyota Terios, color bronce, a las 11:30 am. Dos motorizados los interceptaron y le dispararon dos tiros a González y uno a Segura, quien iba de copiloto y llevaba en las piernas a su nieta de 4 años, hija de González. La menor, que recibió un disparo en la cabeza, permanece hospitalizada.

El tercer caso fue perpetrado el 17 de este mes a las 8:00 pm en el barrio 5 de Julio de Petare. Marcos Montero, de 47 años de edad, había ido a dejar a su casa a Lucy Fuenmayor, su pareja. Se habían detenido frente a la vivienda de la mujer en un automóvil Seat Córdova, color blanco. Cuado ya se despedían, un desconocido se acercó al conductor y le disparó siete veces. La mujer, que tenía dos meses de embarazo, trató de intervenir y fue asesinada de ocho tiros. El hombre se salvó y está hospitalizado.

TODOS VIVIAN EN SECTORES POPULARES

Las víctimas de estos crímenes tienen en común que residían en sectores populares de área metropolitana de Caracas y no poseían bienes de fortuna.

Fermín Mármol León, ex subdirector del Cicpc y ex ministro de Justicia, considera que el sicariato es un delito que se ha generalizado. “Ahora mandan a matar a cualquier persona por problemas personales o pasionales. Existe cierta facilidad para contratar a un asesino a sueldo”, afirmó.

Fuentes policiales afirman que mandar a matar a alguien puede costar apenas 1.000 de bolívares fuertes. Los asesinos por encargo también aceptan drogas o repuestos de vehículos en contraprestación.

“Antes los sicariatos solo se daban en estados fronterizos con Colombia, que es de donde viene este tipo delictivo”, explicó. Para el ex funcionario existe una “epidemia delictiva” producto de los problemas sociales del país. En su criterio, se requiere de políticas de seguridad ciudadana coherentes que permitan un efectivo imperio de la ley.

El sicariato es una transgresión prevista en el artículo 12 de la Ley Orgánica contra la Delincuencia Organizada, en vigencia desde octubre de 2005. “Quien dé muerte a alguna persona por encargo o cumpliendo órdenes de un grupo de delincuencia organizada será penado con prisión de 25 a 30 años”, prevé la disposición

“La verdad duerme en la oscuridad porque la sociedad en el egoísmo del todo, pondera la mentira como luz y guía del camino” (Abel Desestress)

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